Javier Omar Ortíz

By | miércoles, septiembre 24, 2014 Leave a Comment

Javier Omar Ortíz 
Seis Poemas




RAZONES PARA MORIR AMANDO

El corazón nace tan puro,
Tan expuesto y desnudo,
Tan libre vive y percibe,
Tan aventurado  esquiva y persigue,
Tan sincero el amor concibe,
Y entre sonrisa y llanto;
Esta historia escribe.

En una noche incauta,
Entre un silencio terso;
Dos vidas se unen en un beso,
Bajo la lluvia casta.

Nace este blanco amor;
Alrededor de ardientes miradas,
Y al compás del íntimo calor;
De dos bocas enamoradas.

Es mi amada, un ángel de incuestionable hermosura,
Provista de sublimes encantos,
Bendita estrella de elevada ternura,
Cálido sueño de mágicos cantos.

Ella, dotada de una esencia cautiva,
Colmada de belleza flamante,
Que ni a los ojos de un ciego priva;
De su figura de perfección desbordante.

¡Oh amor andante!
Que mi ser has flechado;
De esos motivos que os convierte en amante
Y os entrega el excelso placer extasiado.

Ese hechizo que sobre vuestras almas encontró,
Mil expresiones de amor puro y sincero;
En el lecho fecundo y febril de los suspiros
Y el sonido incesante de la pasión en los latidos.
¿Pero de que vive este amor tan noble?
Os preguntan;
De la desnuda pasión que se prende y se desprende,
Del hechizo sensual que endulza y que se envuelve,
De la digna belleza que os enriquece y que os enciende,
Del suave gesto que seduce y que comprende,
Del sincero calor que los corazones
Emanan y sienten.

Cada respiro estremecedor
Que dulce compartimos,
Cada inquieta caricia
Que tierna dividimos;
Porque sólo en el amor vivimos;
Porque sólo en el amor existimos.

¡Oh amor mío!
¡Decidme ¿Por qué son estas horas la prisión de mis latidos?!
¡Oh amada mía!
¡Alzad tu dulce voz de doncella,
Y decidme el momento en que emigre
A tus labios, amor mío!

Las gélidas sombras cual saetas,
Que con el frío beso mortal decide
Escribir el fúnebre despojo de esta palpitante vida;
Perfume profundo que nos ha ahogado en alegría.

En polvo las muertas lagrimas desechas;
Al aciago reflejo de razones clandestinas;
Con su esquiva lengua envenenada os acecha,
Con su sacre voz de húmedas espinas.

¿Qué es lo que cruelmente os ha dividido?
Pecado sangrante,
Que vas en mis labios heridos;
Llevando en el alma la muerte
Y en la sangre el olvido.

¡Lóbrega vida! ¡Amor indómito; he pagado tu crudo precio!
Aquella ilusión de terribles encantos
Se ha apartado de mi mirada encendida;
Descarnando con lágrimas la alegría perdida,
Y enterrando con saña el corazón
De ilusiones con vida.

Este dolor, que en mi alma se ha sembrado por pedazos;
No es una justa razón del cielo;
Lo confieso:
¡Amada mía, hubiese preferido
La muerte entre tus brazos,
La muerte entre tus besos!

Extinta de mis labios ya la magia,
Por el vapor que de los ojos baja
El fétido olor de mi desgracia,
Donde yace mi alma maldita y sin aliento;
Usando el corazón como mortaja
Y la hiel vacua en forma de sentimiento.

Esta locura excelsa,
Que trae consigo un muerto;
Ese amor prohibido,
Del cual no buscare el recuerdo,
Del cual no buscare el olvido.




HAMBRIENTO

Al filo de la noche,
Busque en mis marcadas manos,
La delgada esperanza,
Pero encontré el frío
Y fláccido argumento de las sombras.

Paisajes lacrimosos,
Duermen en mis ojos muertos,
Esta hidra incurable
Jadeante me destroza.

Esta sombría imagen,
Que se nutre vilmente de mi cuerpo;
Melancólica me alimenta
De rechazos y miserias.

¿Seré yo, quien envejece el corazón de las personas?
O ¿Sera la espuma envenenada de ambición
En su mente; la que enerva
Mis deseos y esperanzas?

Mendigo con hambre la justicia;
Y aunque al abismo
Lance el eco de mis palabras,
Secos mis labios y mi cuerpo,
Siempre en el silencio,
Buscaran los tres grandes alimentos de mi alma:
La libertad, el conocimiento y la esperanza.

Quien no reclama sus derechos;
En esa esclavitud, come de las
Sobras…
                     

POEMA I

Despierto por la noche,
Mi aire está en tus labios;
Y yo necesito respirarlo,
Conocer la extensión de tu piel
Y de tu amor,
Saber que la soledad
No esta tan sola,
Y te busco;
Pero no te encuentro…

Aquí no ha quedado
Ni tu sombra;
Es más, no existe
Ni un recuerdo tuyo,
Sólo habita el aroma
Esperanzador de lo desconocido,
Y una extraña ilusión no nacida;
Pero gestada en la confianza.
Sin embargo; estoy desprotegido
Y frágil…

Necesito amar
Y que me amen,
Sentir y que me sientan,
Necesito acariciar
Y que me acaricien,
Besar y que me besen,
Necesito estar enamorado…


POEMA VI

Porque el mundo
Se alimenta de mi boca;
Y yo me alimentos de sus besos…
Porque la poesía
Se viste de mi sangre;
Y yo estoy ensangrentado de poemas…
Porque la vida
Va haciendo mi recuerdo;
Y yo voy haciendo su camino…
Porque el amor esta tan lleno de mi;
Y yo estoy tan vacío de él…


POEMA VIII

A Yulissa Díaz

Cuando el mundo parece agotarse,
Acabarse,
Cuando el alma parece morir,
Apagarse,
Como alguien puede moverte las entrañas;
Y con un beso re inspirar
Ese amor que se ha perdido
Entre los labios.

Como alguien es capaz con toda su alma
De poblar el punto débil de mis ojos,
De devolver lo que como humano
Me caracteriza,
Como la ilusión se complementa con el verso,
Como genera la fe en un instante
Y se limpia mi voz…

¿Por qué este amor es amor;
Y no algo más grande?
Si yo me siento amor,
Y el mundo se vuelve
Un poema en movimiento,
Y me enciendo de palabras enamoradas
Mientras despego su recuerdo
De mi pecho,
Porque quiero besarla,
Y no me importaría perderlo todo;
Pero hacer su beso interminable…


POEMA IX

Recuerdo esa noche,
La miraba fijamente;
Con una sensibilidad que no me explicaba,
Sin poder evitarlo tome sus delicadas manos;
Con un romance incontrolable,
Lentamente las coloque
Sobre mi vibrante pecho;
Y con una voz suave, casi en llanto;
Le logre decir:

Jamás creí sentir un sueño
Que pudiera dominarme la vida,
Y contemplarlo así,
Como tú lo sientes en mi pecho.

Por primera vez siento una intensidad enorme,
Una alegría desmedida,
Creo que en mis ojos;
Se refleja la certeza de tu amor.

Tú eres… tú eres tan hermosa,
Por este corazón sincero
Se lo única que eres,
Lo que tu significas, ya no puedo arrancarlo de mi,
¡Te amo! …y no tengo la fuerza para dejar de hacerlo…

Un conmovido beso acompaño
Aquellas intimas palabras,
Que necesario fue vaciar la piel,
Decirlo todo, nada pudo ser más perfecto…
Jamás mi alma, había sentido tanto…



JAVIER OMAR ORTÍZ, Maestro de escuela, poeta, pintor y muralista hondureño, nacido en Santa Bárbara, Santa Bárbara, Honduras, mayo 22 de 1991. A la edad de 16 años logra el  3er lugar en el concurso departamental: ¨Valores de mi tierra, así es mi Santa Bárbara¨ en el área de pintura; compitiendo con artistas de todas las edades. En el año 2009 obtiene el titulo de Maestro de  Educación Primaria siendo un destacado alumno por su vocación hacia las artes y la docencia. En el 2011 gana el 2do lugar en el concurso municipal de poesía: ¨Pluma Patepluma ¨,  en el que su hermano y él; fueron los únicos jóvenes del evento, participando poetas de edades variadas. Actualmente labora como muralista, y contribuye con su arte en eventos culturales que se desarrollan en  el Departamento. Su producción literaria consta únicamente del poemario: El último respiro (2013).


Entrada más reciente Entrada antigua Inicio

0 comentarios: